miércoles, 10 de agosto de 2011

infligir tanto sufrimiento

Es raro que nosotros, capaces de tanto sufrimiento, tengamos que infligir tanto sufrimiento. Es raro que la cara de una persona, a la que no conozco aun cuando creo que en cierta ocasión coincidimos en la pasarela de un buque que iba a zarpar rumbo al África -una simple aglomeración de ojos, mejillas y aletas de nariz-, tenga el poder de injuriarnos. Tú miras, comes, sonríes, te aburres, te deleitas, te irritas... Esto es cuanto sé. Sin embargo, esta sombra que se ha sentado junto a mí durante una o dos horas, esta máscara a cuyo través dos ojos miran, tiene el poder de hacerme regresar, de fijarme entre esas otras caras, de encerrarme dentro de una ardiente cámara, de mandarme volando, como una polilla, de vela en vela.

~
It is strange that we, who are capable of so much suffering, should inflict so much suffering. Strange that the face of a person whom I scarcely know save that I think we met once on the gangway of a ship bound for Africa--a mere adumbration of eyes, cheeks, nostrils--should have power to inflict this insult. You look, eat, smile, are bored, pleased, annoyed--that is all I know. Yet this shadow which has sat by me for an hour or two, this mask from which peep two eyes, has power to drive me back, to pinion me down among all those other faces, to shut me in a hot room; to send me dashing like a moth from candle to candle.


The waves

No hay comentarios:

Publicar un comentario